Esta guía puede ser muy útil para los que decidan emprender una granja de caracoles, es bastante extensa y va desglosando paso a paso en distintas secciones las posibles dudas y qué hacer. Son tres páginas.
1.- LA IDEA DE NEGOCIO.
Nuestro objetivo inmediato es crear una granja de caracoles. Este negocio (cuyo arte se llama helicicultura), abarca básicamente tres niveles diferentes que son: La cría propiamente dicha, el procesado y la venta.
2.- IDENTIFICACIÓN DE LOS/AS EMPRENDEDORES/AS
Es importante ser conscientes de que en esta actividad no cabe eso de «rápida rentabilidad», ya que al estar trabajando con animales, se deben respetar sus ciclos biológicos, y además, todo lo que el criador realice debe hacerlo con buen criterio y sólido conocimiento.
Por ello, es fundamental que las personas que quieran desarrollar este negocio busquen la mayor cantidad de información posible. Se recomienda realizar algún tipo de curso de capacitación para así alcanzar un nivel profesional en cuanto al manejo de los caracoles.
3.- DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO-SERVICIO/EL MERCADO
• EL PRODUCTO O SERVICIO:
Los productos que se comercializarán se dividen en:
Helix Aspersa (media): caracol común de jardín, que es el más utilizado en los criaderos por su rusticidad, resistencia, fecundidad, adaptación al cautiverio, rápida evolución y capacidad de adaptabilidad a los diferentes climas. Es la especie comestible más consumida.
Otala Latea: cabrilla.
Para llegar a obtener el producto para la venta serán necesarios una serie de procesos por etapas.
Según los expertos el “sistema mixto” es el más recomendable para nuevos emprendedores. Este sistema se caracteriza porque parte del proceso productivo se desenvuelve en ambiente controlado y parte se desenvuelve al aire libre o en invernaderos. La mayor ventaja de este método es que combina la ventaja del sistema abierto de menores costes durante el período de actividad natural del caracol e incorpora la utilización del local cerrado que modifica el ciclo natural evitando la hibernación de las crías, reduciendo el tiempo de engorde.
El primer paso será la formación del plantel de reproductores, para el cual existen dos caminos: comprar reproductores con certificación sanitaria, edad y garantía de postura o recolectar caracoles de la naturaleza para formar el plantel. En el segundo caso la inversión inicial es menor que aunque conlleva más tiempo y complicaciones.
Aquí comenzaría la etapa del proceso de cría y selección, según tamaño, conformación de la concha y estado general. Entre 30 y 45 días después, obtendremos las primeras crías que pasaremos a los contenedores diseñados para ellos; 30 días después son trasladados a la sección segunda fase de cría donde estarán aproximadamente 60 días. A continuación pasaríamos a la última fase, de engorde o cebo, hasta obtener tamaño y peso comerciales. Esta última etapa se demora unos cuatro meses. En total, unos ocho meses para completar la producción.
Según consultas a expertos, se puede empezar con un número aproximado de 1.000 animales, ya que suele haber pérdidas por mortandad y deficiencias de crecimiento.
No es aconsejable iniciar el proceso de cría comercial sin antes haber realizado varias experiencias que nos permitan conocer los tiempos del animal.
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