Tras muchas horas de debate con mis inquilinos y la encuesta realizada a nivel mundial, se ha decidido trasladar a nuestros amigos de su vivienda habitual.
Quepa decir, que las negociaciones fueron bastante tensas dado que, los interesados, pretendían abusar deliveradamente de mis recursos dándome a entender, que ahora debían ser ellos los que ocupasen mi casa y viceversa, para que sufriese en mis propias carnes cómo han tenido que vivir ellos estos últimos meses.
Me negué en rotundo cuando, para mi sorpresa, Nº3 y Nº5 comenzaron a amenazarme con sus cuerno. Yo evidentemente, no cambie de opinión, tras lo que numeros 4,9,10,12,13 se subieron corriendo a mi regazo sin que yo pudiera hacer nada. No tardaron en llegar a mi cabeza, obstruyéndome los orificios nasales para que no pudiese respirar mientras me babeaban los ojos, perdiendo la vista y el equilibrio.
No voy a detenerme a relatar los hechos que sucedieron a continuación (cada vez que lo pienso es como si volviese a tenerlos encima) pero quepa decir, que una vez se fueron los agentes de la guardia civil, la ambulancia, la protectora de animales y el cura, todo volvio a la normalidad.
Al final, llegamos a un acuerdo. En cuanto me den la copia del acta, os haré un resumen de como hemos quedado. Au!
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