Según Plinio, fue Fulvius Hirpinus el que estableció en Tarquemia, una ciudad toscana no muy lejos de Roma, la primera coclearia o lugar de cultivo, aproximadamente en el año 50 a.C., en la que engordaban a los caracoles con vino y con salvado, alcanzando una merecida importancia.
En ellas se criaban también otras especies procedentes de Iliria, del norte de África, de Boreales, de Capri y de Liguria. Algunos de estos parques de crianza de caracoles se establecieron en Pompeya, junto al Vesubio, donde siglos más tarde los arqueólogos descubrieron miles de conchas que demuestran el comercio de caracoles en aquella época.
Por otra parte, Plinio hablaba ya entonces de los caracoles asados, degustados con vino y servidos como entretenimiento de las comidas.
Según una investigación hecha por la Universidad de Cádiz, los caracoles formaban parte de los ingredientes (salsa que se usaba como condimento en la época antigua y que era muy apreciada) que contenían las vasijas de Garum que se han encontrado en los restos de un pecio de época romana hundido en la Costa Mediterránea.
Fuente Helixjass